Te recuerdo

Puerto en azul oscuro


Te recuerdo amor, te recuerdo

pero hay que dejar a los muertos, muertos.

Dejar de alumbrarlos con velas,

hay que poner montículos de sal

en las esquinas de la habitación -la sal también espanta recuerdos-

y si pasa los poros de la piel, quema y te despierta.

Hay que dejar a los astros su luminiscencia,

allá lejos, en el alto cielo nocturno.

Y si las luces y el metal no me llevan,

y mi garganta en candela traga vidrios,

juro que el gallo no cantará,

su canto, se quedará con mi olvido.

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